Día intenso en nuestra cofradía el pasado 2 de febrero con la celebración de la Presentación del Señor en el Templo y purificación de Nuestra Señora, fiesta que en nuestra hermandad dedicamos a la veneración de la imagen del Niño Jesús. Además de la celebración propia de nuestra cofradía, diversas instituciones quisieron que nuestra hermandad les acompañara en diversos actos, fomentado así la presencia social y eclesial de nuestra hermandad.
Con motivo de esta celebración la Virgen de la Concha volvió a vestir el
conjunto de saya y corpiño en seda beige regalado por la cofradía con
motivo del 950 aniversario. El conjunto se completó con la toca de
encaje donada por la familia Luelmo Leis, manto de brocado en color
dorado y un lazo bordado por las hermanas clarisas del convento del
Corpus Christi. La patrona de Zamora portaba en su mano izquierda una vela blanca en alusión a la fiesta de las candelas. El Niño Jesús en la celebración de su presentación en
el templo vestía túnica de plata confeccionada a finales del siglo XIX,
la imagen estuvo expuesta en las gradas del presbisterio sobre una peana
y adornado con un pequeño monte de claveles rojos y estatices de color morado.
La jornada se inició en
la mañana del sábado con la santa Misa y bendición de niños de la
asociación Evagelium Vitae. Este grupo eclesial tiene como carisma la
promoción del valor de la vida y la oración por ella a lo largo de todo
el año. Cada 2 de febrero, celebran este acto ante la Virgen de la
Concha, encomendándole a Ella los más pequeños. Al acto acudieron varias
decenas de familias con sus hijos pequeños, los cuales fueron
bendecidos por los sacerdotes presentes, el canónigo Narciso Lorenzo y
el párroco del Espíritu Santo, Florencio Gago; mientras besaban el
zapato de plata del Niño Jesús.
Por la tarde, el santo Niño fue
trasladado de manera privada al templo de Santiago del Burgo, donde la
priostía de la cofradía preparó un altar para acoger la imagen durante
el solemne rezo de Vísperas, al cual nuestra cofradía acudía al haber
aceptado el turno que desde la Delegación de Liturgia de la diócesis se
le había ofrecido.El Niño Jesús se dispuso en el altar del Cristo Crucificado en su dosel de cultos escoltado por seis candelabros con cera de color rojo, en alusión al carácter sacramental de la celebración, y un centro de flores a base de iris morados.
A las 19.30, de nuevo en nuestra sede
canónica, se inició el rezo del santo Rosario acompañado por decenas de
devotos que acudieron a acompañar a la Virgen de la Concha. A las 20,
Plácido Isidro, nuestro capellán y párroco, inició la Misa con la
bendición de las candelas, acompañando la celebración el Coro Sacro. D.
Plácido en su homilía recordó que la fe luce como las velas que los
fieles llevaban en sus manos, iluminando así nuestra existencia
cotidiana. Hizo especial mención al 950 aniversario, rogando al Señor
que siguiera bendiciendo a nuestra cofradía. Al finalizar, tras el canto
de la Salve, se volvió a reiniciar el besapies de la imagen.
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