Romería 2012: La Virgen de la Concha en la Cruz del Rey Don Sancho. Archivo de la Cofradía. |
Segunda parte: El camino hacia
La Hiniesta
Las últimas líneas del punto 15
de las ordenanzas de 1503, recogidas en el artículo de la semana
pasada, nos disponían en camino hacía a La
Hiniesta: (…) e vamos nuestra romería para la Yniesta,
todos los confrades e confradas juntos a
pie alderrededor de la ymagen (…)[i].
Cumplida la estación en la iglesia de San Lázaro
se iniciaba propiamente la romería, abandonando el amparo de la ciudad para
recorrer los campos que separaban Zamora de La Hiniesta. La romería del siglo
XV discurría por un paisaje muy diferente al actual, sin embargo ya entonces
era costumbre que la ciudad se echase a la calle para acompañar a su Patrona, tal y como recoge el Licenciado Alonso del Moño en 1495[ii]
el
lunes de pascua que agora pasó se hizo una procesión en la dicha ciudad e que
mucha gente acostumbra a facer en cada un año.
La cofradía recorre entonces el camino que
llevaba hasta la cruz de piedra[iii] sumándose multitud de romeros que
acompañarán a la Virgen en su camino a La Hiniesta. Este tramo de la romería es
especialmente emotivo por la implicación de los vecinos de la cuesta de La
Morana y la carretera de La Hiniesta. Aunque desde la salida de la Virgen de la
Concha de la iglesia de San Antolín los devotos van ofreciendo a la Virgen sus
ramos de flores, es durante la subida hasta la Cruz del rey Don Sancho cuando
la ofrenda se hace más multitudinaria. Cada pocos metros una familia se acerca a las andas de la Virgen y le ofrece sus flores. Cada ramo se coloca con cuidado a los pies de la Virgen, formando un hermoso trono de múltiples colores que adornará las andas de Nuestra Señora durante toda la romería.
Romería 2013: Una vecina ofrenda un ramo de flores a la Virgen de la Concha. Archivo de la Cofradía. |
Una vez cubierto el último tramo de la carretera de La Hiniesta la romería se dirige hacia la Cruz del Rey Don Sancho, para cumplir una nueva estación. La parada en la Cruz del Rey Don Sancho también ya era parte del ceremonial a finales del siglo XV, si bien no se
hace mención a la memoria del rey. Al llegar a dicha cruz era preceptivo que los hermanos clérigos
de la cofradía cantasen el Regina Coeli antes de continuar el camino. Los
estatutos de 1860 ya incluyen el responso por el monarca, aunque serán los
redactados en 1938 los que ofrecen una relación más detallada de como realizar el acto:
La marcha
por la carretera será un poco más ligera, pero moderada, sin olvidar el
carácter de piedad y el recogimiento que debe inspirar todos los momentos de
esta procesión. El Clero y los Hermanos irán cantando las Letanías Lauretanas
hasta la Cruz del Rey Don Sancho. Al llegar a este lugar la procesión se dirige
por la derecha de la carretera, atravesando La Calzada que hay por bajo de la
Cruz, hasta colocar la Imagen a la izquierda de ella en el suelo mirando a la
Ciudad y rodeada de los Hermanos, mientras el clero y el mayordomo se colocan
entre la imagen y la Cruz, entonando un solemne Responso en sufragio del Rey D.
Sancho II el Fuerte, que murió en aquel mismo lugar. Después se da a besar el
pie del Niño Jesús. [iv]
Besapié al Niño Jesús en la Cruz del Rey Don Sancho ca. 1950. Archivo de la Cofradía. |
Desde entonces apenas ha variado el ceremonial,
salvo en pequeños matices. Desde mediados del siglo XX un grupo de vecinas del último tramo de la carretera de La
Hiniesta disponen una mesa vestida con un mantel y flores para que descansen
las andas de la Virgen de la Concha durante el responso. La parada en la Cruz
del Rey Don Sancho finaliza con el besapié al Niño Jesús, en la actualidad es la mayordoma más joven quien sostiene la imagen durante el acto de veneración,
mientras la Virgen de la Concha reanuda la marcha camino del Santuario de La
Hiniesta.
La retirada del Niño Jesús de la Virgen de la
Concha durante los primeros kilómetros de la romería se ha vinculado siempre a
la leyenda de su desaparición, según la cual un año que el tiempo impidió que la
romería llegase a La Hiniesta el Niño Jesús abandonó las andas de la Virgen y
apareció en las inmediaciones del Santuario. Esta entrañable leyenda se
relaciona también con la cadena que une las manos de la Virgen y el Niño y que
la cultura popular ha interpretado siempre como el remedio que puso la cofradía para evitar que el
Niño Jesús volviese a escaparse a buscar
espigas.
El Niño Jesús volverá junto a su Madre en las inmediaciones de La Hiniesta. cuando la cofradía realiza una parada para reponer fuerzas
antes de alcanzar el Teso de la Salve, allí el Niño vuelve a ocupar su peana
junto a la Virgen de la Concha uniéndose ambas imágenes con la
cadenita de plata.
Próxima entrada: Lunes 19, la llegada a La
Hiniesta y la Misa en el santuario.
[i] S.f [1503 o anterior]. Zamora.
Estatutos de la Cofradía de Nuestra Señora de San
Antolín y de Señor Santiago de Zamora.
Copia notaria de 1 de julio de 1503.
Pergamino, 12 folios.
Archivo de D. Enrique Fernández Prieto, doc. Nº3.
Publicado por M. BOIZAS LÓPEZ: La Virgen de la Concha y
su Cofradía. Apuntes. Zamora. 1943, pp. 33-45.
[ii] 1495,
junio, 23. Burgos.
Provisión de los Reyes Católicos comisionando a Juan de
Cuero para que investigue los incidentes ocasionados a la llegada a Zamora en
la romería de Nuestra Señora de San Antolín a La Hiniesta dicho año.
Papel, 3 folios.
AGS.: RGS.: junio de 1495, f. 117.
Publicado por: F. FERRERO FERRERO: VII siglos de
Romería a La Hiniesta. Documentos.
1991, pp. 26-30.
[iii]
Ordenanzas de 1503.
[iv]
Estatutos de la Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín o de la Concha, 1938.
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